Talento, mar, lecciones
Canción escrita al maestro Idalberto Valdés, más conocido como Mr. Acorde, de quien aprendí armonía y de quien tanto admiré el talento de hacer canciones como queriendo alcanzar las estrellas en “...un capricho sideral, aunque quepa destriparse más de una cuerda vocal…”. A pesar de su virtuosismo con la guitarra, es al romanticismo de su voz a quien va dirigida esta canción que tanto canté en el recorrido de peñas, espacios y madrugadas de La Habana de aquel curso académico 1999-2000. Si alguien de aquel año todavía me recuerda por alguna canción, es por esta.
Madrid, agosto 2025
Talento, mar, lecciones
Una paloma
debate sus instintos
en canciones del alma,
canciones del ansia
que invocan sus pasiones altas.
Y se derrite
cuajando a duras
penas sus melodías,
ganas paridas,
garras 'prensidas'.
Con su manguera
valida esas baladas
regias, desafinadas,
más bien embarcadas,
traiciones a su alma atadas.
Y te las canta
parapetado tras de
su arma guitarra,
gruesas amarras,
recias batallas.
Sorda voz a contener
presas rotas por los pies,
explosiones a alcanzar
un capricho sideral,
aunque quepa destriparse
más de una cuerda vocal,
en heroica honestidad
de aplacar su ego.
¿Quién lo comprende
si subleva inspirado
sus emociones?
¿Quién viaja a bordo
de sus pasiones?
Cuando lo admiro,
discreto y reverente,
alzarse en inspiraciones
de sus emociones
digo: "Talento, mar, lecciones".
Qué más decirte...
no pierdas ese arrobo
que te ilumina
cuando nos cantas
en la intimidad.
La Habana (1999)








